viernes, 21 de julio de 2017

Victimarios invisibles



Durante el mes de julio se presenta en Ensenada la obra “Teatro corto: Sirenas”, un trabajo escénico que involucra teatro y danza, dirigido por Omar Domínguez. La pieza, que presenta testimonios leídos por las actrices, logra sensibilizar acerca del abuso sexual contra las mujeres.
Y El tema muy relevante. La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas informa que 90 por ciento de las agresiones son realizadas por varones y seis de cada 10 ataques suceden en el hogar de las víctimas.
En entrevista, uno de los mensajes de Domínguez es tratar de hacer conciencia para que el tema deje de ser tabú, y aquí la importancia de hablar para que alguien escuche ese malestar y se pueda actuar en consecuencia.
Me parece un avance no sólo importante sino que era urgente que el delito de feminicidio entrara al Código Penal Federal, hecho que finalmente se dio el 14 de junio del 2012. En Baja California la tipificación sucedió hasta marzo de 2015.
Porque visibilizar las consecuencias, es decir, a las miles de víctimas es necesario, pero hay un aspecto al que no se le pone atención. La violencia es infligida por varones, muchas de las veces cercanos a la víctima. En efecto, las sentencias condenatorias aumentan gradualmente, sin embargo las raíces del problema no son muy visibles.
Cómo surge la violencia, desde niveles mínimos hasta desembocar en el feminicidio. “La cultura patriarcal glorifica y promociona una imagen agresiva y distorsionada el varón”, señala el psicólogo Walter Riso en su libro “La afectividad masculina”.
Cuando un niño le levanta la falda a una compañera en la primaria y no se le corrige con la suficiente atención, se le está enviando el mensaje de que puede actuar impunemente contra cualquier mujer. Es un ejemplo burdo pero el acoso escolar es un tema que se debe atender.
En los últimos años he notado que los padres varones se involucran mucho más con sus pequeños. Esto me parece muy favorable porque les otorga mayor equilibrio emocional a los hijos. También recordemos que la educación de los hijos varones —que es el caso que nos ocupa— estaba en manos casi por entero de la madre, y eso es algo que debemos cambiar.
No voy a acusar que son las madres únicamente las que reproducen el modelo machista, puesto que este modelo redunda en ventajas sociales para los varones, incluyendo a los padres. ¿O no es cierto que resulta más cómodo para un papá dejar buena parte de las labores de limpieza y atenciones en manos de su pareja?
La división de los roles así como de los derechos en función de su género, son aspectos que el niño aprende inicialmente en casa. Celebro la toma de conciencia que debe haber acerca del abuso sexual en contra de las mujeres, pero ¿no será más eficaz atacar la enfermedad cuando el virus aún está en su etapa de formación?
Si vamos a visibilizar a las víctimas ¿no sería también útil visibilizar la enfermedad del victimario?



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