jueves, 27 de julio de 2017

Un barco está de fiesta



Cuando llegué a Ensenada en el 2011 impartí mi primer taller en el Cearte, espacio que me recibió y en el que fui conociendo diversas exposiciones y sobre todo, a donde asistí a presentaciones de libros.
Ahí conocí a Lourdes González, a Kelda Rivera y a Ana Mora. Por experiencia propia sé que no es nada sencillo el trabajo. Día a día se trabaja con un calendario que siempre corre en contra, con un presupuesto que no suele ser el suficiente y encima, en coordinación con artistas o creadores que no siempre tienen una visión de lo que implica organizar y difundir actividades en tiempo y forma.
Por fortuna, los años de experiencia en el área de Cultura de las tres arriba mencionadas —Lourdes González ya no labora en la institución—, cada una desde su trinchera, han sido de mucha utilidad para realizar un trabajo, muchas veces silencioso, pero siempre palpable en la gestión, coordinación y difusión de las actividades artísticas del Cearte.
Durante algunos años, además, el barco estuvo dirigido hasta el 2013 por Natalia Badán, que con espíritu incluyente le daba un sello propio a la gestión. A final de cuentas, el currículo pesa a la hora de orientar una dependencia con un enfoque que prioriza el desarrollo cultural de la comunidad.
Por desgracia, ese espacio dependiente del ICBC, aún no ha sido concluido de acuerdo al plan original. Aduciendo falta de recursos, el Cearte trabaja con lo que tiene y se espera que en un futuro próximo las autoridades destinen los recursos suficientes para terminar la infraestructura pendiente, que sería una proporción mayor a lo ahora construido.

La visión
Con un presupuesto para el 2017 de 225 millones de pesos, el 80 por ciento de ellos provenientes del gobierno estatal, el ICBC cumplió 28 años en marzo pasado, por lo que es una dependencia que ha dejado de ser joven y hoy, ya con experiencia, tiene otros retos, unos que no aún no había incluso hace 10 años.
De acuerdo con su página oficial, el ICBC es “una institución que cuenta con el recurso humano, profesional y altamente capacitado que a través del diálogo y consenso incluyente comparte la responsabilidad de generar las condiciones necesarias para el fortalecimiento de la cultura, de la preservación de los bienes y valores en que se expresa, y de los servicios que promueven el disfrute de todo bajacaliforniano como elemento sustancial del desarrollo social”.
Considere usted, amable lector, hasta qué punto se cumple con estos objetivos, y también piense que detrás de la institución hay personas talentosas y preparadas para cumplir con estos fines.
Porque es sano reconocer los logros, también lo es mirar con ojo crítico el desempeño de una entidad pública. De momento tomemos un día para celebrar los primeros 10 años del Cearte. Este 31 de julio la fiesta incluirá un concierto con la Covacha Big Band y una exposición colectiva de autorretratos. Si no conoce el lugar, créame que es una buena oportunidad para acercarse.  



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