domingo, 9 de abril de 2017

Un Negro pero con suerte




Hace tiempo me preguntaron si me sabía guapo —a propósito de ego. Como tengo el mal modo de enfocar asuntos bajo el cristal de género, llegué a la siguientes conclusiones:

Una persona es atractiva en buena medida a causa de la seguridad con la que se mueve. Claro, hay físicos de locura, pero son como fascinantes golosinas y todo bien con eso, no lo discuto. Lo que pasa es que hay otra energía que surge del interior que atrapa y mejora el aspecto. Si no la hay, se puede ser como Marlyn Monroe, una bella infeliz, y si se tiene, se podrá ser como Nick Vujicic, que nació sin brazos ni piernas y ahí anda, siendo feliz por el mundo el desgraciado. Estoy seguro que es un tipo atractivo. El aspecto es algo relativo.

La fuerza de nuestra personalidad se va construyendo casi desde la nada. Por desgracia a veces hay elementos desde la infancia que depredan la confianza y nuestra seguridad. Veo que principalmente a las mujeres se les califica por su físico, desde la cultura y desde el compañero que tienen al lado todos los días. Eso es muy jodido.
En mi caso, y es un regalo que la vida me dio, nunca de los nunca me he sentido calificado negativamente en mi aspecto físico por ninguna persona que me haya conocido de cerca. Especialmente por ninguna mujer y ninguna pareja. ¿No es eso un gran regalo? Incluso los mensajes han sido más en sentido positivo. Bien bonito eso.

Que si me siento guapo. La respuesta es sí, pero no sabría explicar de qué forma. Tal vez la imagen que tengo de mí, caminando contento, con los zapatos que más me gustan en un día soleado, expresen una idea.

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