lunes, 14 de diciembre de 2015

¡Repíqueme esos cueros!... ¡Rubén!

¡Repíqueme esos cueros!... ¡Rubén! Ese era la frase que se intercalaba en la versión original de la Cumbia de la Paz, quizá el primer éxito de Celso Piña. Era 1984. Al año siguiente hubo un baile, y estaban de moda ciertos pasitos que no se volverán a ver jamás, tal como en aquellos tiempos, sobre todo al bailar "Gitana". 
En la esquina de la secundaria se pelearon los Comanches contra tres de los Warriors. Una putiza les pusieron. El baile no se detuvo, en uno de los salones del segundo piso, con unos bafles enormes y las muchachas con peinados con el copete de gallo. Celso era la neta. Después se volvió un producto comercial, de los que compran las masas, bien por Mujica que hizo muy buen trabajo, qué bueno que lo metió a Marco junto a García Márquez y al Palacio a aquella cena con Botero.
Pero aquel público nunca sabrá bailar colombiano, ni de chiste. Me da gusto, de todos modos me gusta mucho, incluso los novedosos que traen a la colombia en la boca. De todos modos me gusta verlo en el video en el Auditorio Nacional, porque sé que Celso tocando es feliz. Música es música, compare, dijo un día.
Yo nomás quiero gritar ¡Repíqueme esos cueros!... ¡Rubén! ¡Rube Piña! Y pararme a baiar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te agradezco el tiempo que te tomas para dejar un comentario. Mi correo es yadivia@hotmail.com