lunes, 9 de marzo de 2015

La memoria selectiva

La memoria es selectiva. Y como tengo la mala costumbre de pensar en aquellas cosas que mujeres y varones hacemos distinto, creo que hay un punto en que nuestra memoria la empleamos diferente. Puedo estar equivocado en estas generalizaciones, pero finalmente convengamos que son simples tendencias de género.

Por lo anterior, sospecho que mientras los varones tenemos una inclinación mayor para grabar aquello relacionado con el ámbito púbico, como lo pueden ser hechos históricos, acontecimientos deportivos o sucesos políticos, en las mujeres puede quedar más presente lo relacionado con el mundo afectivo, aquellas relaciones familiares o sentimentales, dentro de un contexto no lineal, sino conectado por un cablerío de asociaciones todas ellas afectivas.

Cuándo comenzaste a trabajar, le pregunté una vez a mi mamá. Su respuesta fue: "Pues mira, todavía no me casaba; todavía no conocía a tu papá, pero ya había terminado la prepa...a tu papá lo conocí un poco después".

Pero de fechas, nada.

Lo mismo con muchas amigas, para quienes su biografía está marcada por las fechas de matrimonio, nacimiento de los hijos, fallecimiento de los padres... para ello sí hay fechas precisas.

Creo que esas mismas mujeres (no todas, claro) ve con total sinsentido lo que un par de amigos son capaces de recordar: Uno de ellos, unos 10 años mayor que yo, sabe de memoria los años y países de todos los mundiales de futbol, empezando por el de Uruguay en 1930, así como los campeonatos, goles y estadísticas que incluso a mí, que no soy partidario del balompié, me puede emocionar.

Otro amigo es un profundo conocedor de la historia de México, con pelos y señales, fechas y nombres, su memoria y precisión son increíbles. Incluso da conferencias al respecto.

Tengo otro amigo, intenso lector como el amante de la historia de México, que recuerda autores, directores, años... toda una enciclopedia. Abundan los varones en estos asuntos...

Y ¿qué saco yo de todo esto?

Nada.

¿Nada?

Sí, nada, excepto

poder decir que ayer 8 de marzo cumplí dos años en mi actual trabajo y que un 8 de marzo, pero del 2003, que además cayó en sábado, asistí a una bonita boda en Pie de la Cuesta, territorio de Acapulco Guerrero, a la orilla de la playa. Espero que aquellos dos sigan felices (juntos o separados) y espero que mi trabajo siga siendo satisfactorio como ha sido en los últimos dos años.

Esta es mi memoria para lo laboral, pero al que no le guste, tengo otra.


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