jueves, 1 de enero de 2015

La ética y el enemigo interior

"La necesidad de creer es la falla humana fundamental", fuera de eso lo real es lo que podemos, mucho o poco, lograr con nuestro esfuerzo y voluntad; el bien que podemos hacer a los demás (o bien la pestilencia con la que salpicamos a otros de nuestra podredumbre perfumada).
Entre lo "animal" y lo "divino", hay más escalas que tonos en un Pantone elevados al cubo, y con esos tonos está pintada la vida, la bella y breve vida, la sabia vida que nos enseña a golpes y de vez en cuando nos besa en la boca cuando estamos más desprevenidos.
En esta belleza de vida existe un conflicto que siempre nos está poniendo a prueba, casi siempre a un volumen bajo, casi inaudible, para hacernos creer que no hay nada de qué preocuparse, para dejarnos vivir la vida tranquilos y no nos percatemos de que cada uno de nosotros puede ser su adversario más cabrón, su oponente más culero, su enemigo mejor camuflajeado.
Dentro de esta belleza de vida abundan las encrucijadas, la tensión entre las aspiraciones (¿todo es vanidad?), la satisfacción profunda del deber cumplido, el llamado de los impulsos y pasiones lejanas muy bajitas al oído, el goce de estar cerca de los seres amados y la certeza de que no lo estarán siempre.

Creo que todo conflicto humano es necesariamente un asunto ético o no es conflicto en absoluto, y todo eso está dentro de uno mismo, de ninguna manera allá afuera.

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