sábado, 6 de abril de 2013

La música 2 —Celso Piña—

El baile iba a durar de quinta a séptima hora, en los salones de tercero. Ese día nos dejaron ir sin uniforme. Se decía que algunos de los Comanches iban a estar afuera, esperando al Pina afuera de la escuela. Yo miraba el salón en donde era el baile, desde la ventana. El Pedro, La Gaviota, los de tercero pues. Bailaban "La cumbia de la Paz".

Celso Piña, en 1984 era y el Ronda Bogotá. Celso Piña y el Ronda Bogotá, no y su Ronda Bogotá. "La cumbia de la paz" causaba furor. Las camisas floreadas, con el cuello huango hacia atrás, los Convers. Se bailaba distinto a 10 años después.

A mí me gustaba Cristina, pero Cristina no bailaba, y yo menos. En 3 "B" había unos bafles en cajones negros enormes que se oían hasta la esquina. El prefecto, circunspecto, vigilaba, se esforzaba por mantener la cara de policía, pero más de una vez lo observé sonriendo, bromeando.

Al Pina lo vi con dos hijos y su chava. Los Comanches de las Industrias se casaron, o terminaron en la cárcel, o muertos. A las 12:30 apagaron el baile. Cuando se acabó apagó el sonido —Cristina y yo nunca cruzamos palabra—, me hice creer que aprendí a bailar colombiano, pero eso yo sé que no es verdad (a veces logro apantallar a algún amigo incauto).

En esa idea falsa crecí desde entonces, y a veces iba al Inter a engañarme, a eso iba realmente. Celso Piña terminó hace más de 25 años, con "La cumbia la paz", con "La piragüa", con "Gitana" que no volvió a tocar.

Este Celso es otro, toca en el Zócalo, sale en la tele, viaja mucho, hace bailar "Macondo" a García Márquez en el museo Marco, toca en cenas con Fernando Botero en el Palacio de Gobierno, la gente lo compra y me da gusto, de veras que me da gusto, pero a aquel Celso es el que me gusta escuchar.

La gente que hoy sabe de música, que dice saber de música, dice: esto es ochentero, esto es de los noventa, esto es "bien setentas" ¿Saben que quisiera decirles? Me gustaría decirles: "Sabes qué, chinga tu madre", la música de cada quien está prendida como una sanguijuela que no te quieres quitar porque gozas, y deja marca, porque una cosa es bailar "encima" de la música de fondo que te ponen en la boda, en la reunión social, en el cierre de un evento, y otra, muy distinta, es bailar la música "desde adentro" de la música, como El Pedro, como La gaviota, incluso como El Pina.

Quienes bailan colombiano en la pista del Inter, han bailado esto, lo puedo apostar, más de la mitad de su vida, o desde morros.

Me gusta engañarme, pero no, no sé bailar colombiano. Los que sabían ya no están aquí para enseñarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te agradezco el tiempo que te tomas para dejar un comentario. Mi correo es yadivia@hotmail.com