jueves, 30 de diciembre de 2010

Metido en las venas

No sé cuál es la turbosina de Urbanario, pero cualquiera que sea, la llevo bien metida en las venas. Ya me quedó claro que esto tiene que ser negocio sí o sí, pero aunque no lo fuera, creo que de todos modos lo haría.
Quizá hay algo en el fondo, algo que me mueve y yo no sé. Esto mismo sentía cuando hace 13 años iba en el coche a recoger periódicos al aeropuerto al vuelo de las 7 de la mañana, para después entregarlos por una ruta de nombres y calles. Tal vez sea eso, andar en la calle llevando un impreso.
O quizá cuando me aceptaron en un canal de televisión, haciendo las veces de redactor de noticias por un sueldo que no se llamaba sueldo, sino que se llamaba infamia, pero que yo gozaba porque sabía que alguien, un conductor de rostro conocido, lo leía para que muchos lo escucharan, lo vieran. No importaba levantarme a las 2:30 de la madrugada para entrar una hora después y salir a las 10 de la mañana con la misión cronometrada de haber salido al aire justos, otra vez de milagro, a las 6:50 am y ni un segundo más.
O tal vez tiene que ver con la redacción de un periódico, hablando con reporteros y pidiéndoles dos mil quinientos caracteres, y otra de tres mil y una de mil quinientos pero ya, en media hora. Escuchar peticiones y reclamos y entrar a la junta, a veces disimulando la emoción de un muy buen reportaje, para que todo esté armado. Si no fuera por mis compromisos de ahora, estaría en esa redacción por la mitad de aquel sueldo. Por qué.
Tampoco sé por qué ahora hago Urbanario. Pero sé que será negocio y lo leerá mucha gente, no tres mil o cuatro mil, como estimo que sucede ahora, sino un montón más que puedan hacer de esta publicación algo extrañable. No sé cuál es el combustible de Urbanario, pero lo llevo bien metido en las venas y no me lo puedo sacar con una transfusión.
No sé si me entiendan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te agradezco el tiempo que te tomas para dejar un comentario. Mi correo es yadivia@hotmail.com