viernes, 30 de julio de 2010

De taurino


El Parlamento de Cataluña decidió con 51 por ciento de los votos (68 de 132) prohibir las corridas de toros en esa comunidad española. La medida entrará en vigor a partir del 2012.

Si me preguntan que qué opino, diría que no sé. La verdad no sé. Veo, sí, que es un tema que se discute, a favor o en contra, desde las vísceras, que es la manera más catártica y menos dialogal que tenemos para expresar algo.

Yo crecí con los toros, ya lo he dicho antes. No crecí con las luchas, ni con el futbol, ni con el box, ni con ningún deporte o espectáculo. Aclaro mis credenciales por honestidad y para que sepan desde muy de principio desde dónde hablo. Muy bien. Pero no por eso quiero en este momento gritar como con la euforia de un gol, mi gusto por la fiesta brava, eso es algo personal que nadie necesita.

Pondré en la mesa algunas ideas sueltas que son las que he escuchado por ahí y que son las que me han hecho pensar un poquito.

¿Qué dicen los que están en contra de los corridas de toros? Pues dicen que es deleznable hacer sufrir a un animal y encima hacer de ello un espectáculo. ¿Tienen razón? Sí y no.

Creo que seguramente el toro sufrirá. Y a mí no me complace hacer sufrir a un animal, se un gato, un perro, un elefante. He ido a más de 50 corridas en mi vida, por eso he estado condicionado por el gusto, pero también sé de lo que hablo: he sido observador atento y por ello digo que seguro que el toro sufrirá en la faena, es decir, sentirá dolor físico, pero también he visto que al público no le complace ni aprueba que el matador pinche al toro, ni que el animal muera lento como cuando se amorcilla la estocada; en otras palabras, el público y, especialmente, el Juez de Plaza, no festejan ni premian en función de cuánto dolor se le infringe al toro (cada faena dura aproximadamente 20 minutos; si el torero no mata al astado en el límite de tiempo marcado, es sancionado). No ver más que las cosas en blanco y negro me parece que es un error de apreciación muy común en el discurso de los defensores de los derechos de los animales.

Y a propósito de derechos de los animales. ¿Cómo puedo expresar, sin que suene demasiado contradictorio, que entiendo que la fiesta brava sea para muchos una salvajada por el tipo de sufrimiento que se le infringe al animal, y por otro, deduzca que un toro, como un perico o un gato, no son sujetos de derechos porque simplemente no están sujetos a obligaciones?

Diré un poco más.

Pienso que de la segunda mitad del siglo veinte, la humanidad ha evolucionado en una dirección civil muy interesante, se ha civilizado pues. El Gandhi que mataron el 30 de enero de 1948 sin duda hizo más grande la conciencia y el respeto a la tolerancia y convivencia pacíficas. El derecho al voto femenino en el 54 modificó la forma de relacionarnos unos con otras, las hizo un poquito más equitativas: Las luchas en contra del racismo (el "Tengo un sueño" de Luther King en el 63) dio una fuerza inspiradora que no se puede medir en cifras ni cantidades. Mandela, liberado el 11 de febrero de 1990, después de 27 años de cárcel por oponerse a la opresión blanca, me parece una persona íntegra y por qué no decirlo, una persona que hasta donde se sabe, está llena de amor y compasión por sus semejantes.

Gracias a toda esta avalancha de derechos, de luchas, los ciudadanos nos hemos hecho un poco más tolerantes, un poco más ciudadanos, un poco más humanos.

Volviendo a las luchas civiles, es decir, a lo que es moral ¿Son morales las corridas de toros?
Si la moral trata de nuestra relación con la naturaleza, no sólo con nuestros semejantes, la respuesta es sí.

Yo me inclino a pensar más bien que no, que la relación con la naturaleza tiene que ver con lo que nuestros padres nos inculcaron y con lo que nos formamos como conciencia de un daño. Y no sólo eso, sino que esa conciencia de un daño tendría que ser muy superior al valor estético, histórico o artístico que vemos en la fiesta brava.

Por eso digo que yo no sé que opinar pero me gusta ir a los toros.



jueves, 29 de julio de 2010

Mis orígenes, mis raíces

Su encuentro me devolvió casi 20 años atrás, cuando tenía muy pocas cosas en claro de la vida, muy pocas diría yo. Y me puse a pensar en lo que a nadie le importan, asuntos de mi biografía que cada cierto tiempo les hago inventario, corte de caja y adelante, a lo que sigue.


Digamos que fue una especie de cerrar círculos, o quizá de tocar base y verme a mí mismo en un espejo lejano.

Sucede que me encontré con alguien en ese Aleph que es el facebook, vi sus fotos. Entonces voltee a mis orígenes.
A mis raíces.

Buena parte de lo que soy, de lo que pienso y lo que hago, gran parte de mi forma de ver el mundo y de desarrollarme profesional y personalmente, fue iniciado por las semilla que dejaron ciertas personas. Digo que esto no le interesa a nadie excepto a mí, y bueno, a quien se interese realmente en conocerme un poco más. Pero bueno, aquí sólo soy yo frente al papel.
Y no creo estar viviendo en el pasado, como mucho tiempo hice, y lo hice de un modo de lo más azotado que encontré.

No. Ahora soy feliz y si de algo siento nostalgia es del futuro, del tiempo que seguirá llegando y seguramente será con cosas más chingonas, sí, claro, en la medida que las trabaje, y esté preparado para recibirlas como hasta ahora.

Demasiadas explicaciones. Ni parece esto para mí.

Mi padre, Arturo Torres, Sofía Valdivia, César Reza, Genaro Saúl Reyes y Fabián Muñoz. Estas seis personas aparecieron en mi vida antes de cumplir mis 20 años y me la cambiaron.

Sería largo, muy largo, hablar ahora de cada uno de ellos. Por eso he pensado, para abreviar unos 15 párrafos, en qué tendrán en común todos ellos. Las letras, el lenguaje, las ideas.

Mi proceso iniciático comienza un verano del 79 con una plática de mi padre, escuchándolo decir ciertas palabras por primera vez, palabras que yo no entendía; y termina, según yo, el 2 de octubre de 1993, siete días antes de dejar de tener 20 años.

Puedo decir que hasta mis 20 años, no hubo personas de las que yo tomara tanto que de ellos. Mejor dicho, de la esencia de ellos.

Hoy no queda prácticamente nada de aquel muchacho que iba a misa varias veces a la semana, que vivía de pleito con su padre y que quería ser cura. No queda nada del chavito que se enamoró de la amistad y se moría de ganas por crecer y por vivir, pero que no sabía hacía dónde quedaba eso que llaman vida. En dónde está el chavo inquieto, que se pasó un diciembre entero leyendo 14 horas diarias...

Hoy me encontré con el Fabián en el facebook. Conserva la misma energía.

Tenía 17 años de no verlo.

sábado, 17 de julio de 2010

Leyendas del vuelo

Por Gerardo Ortega Existen pocas ideas tan polémicas pero tan fascinantes como la de volar. En la antigüedad, la leyenda de Ícaro y de su ambicioso y al mismo tiempo ingenioso padre Dédalo ilustró el deseo de surcar los aires, pero por desgracia su desagradable final insinuaba que un artilugio que imitara a los ángeles no podía ser buen ejemplo a seguir. En parte eso apoyó la creencia de que elevarse por los cielos era algo contrario a la naturaleza humana. En el siglo XV, el hombre más polifacético de la Edad Media, el genial Leonardo da Vinci, escribió: “Define primero el movimiento del viento y luego describe de qué manera los pájaros se gobiernan en él, sólo con el simple equilibrio de sus alas y de su cola”, contradiciendo la vieja idea de que nada más pesado que el aire se podría sostener por sí mismo. En toda la historia de la humanidad el acto de volar ha disparado una larga lista de fantasías, pero sólo hasta los primeros vuelos en globo, y más tarde con la empresa de los hermanos Wright en 1903, se pudo comprobar que los sueños por más descabellados que parezcan, tarde o temprano se pueden realizar. Podríamos decir que si no fuera porque los hombres hemos envidiado a las miles de especies voladoras a lo largo de la historia, el sueño de elevarnos a través de los aires ya se nos habría borrado. “El concepto de volar es un tema que hemos logrado a través de la observación de la naturaleza”, dijo durante la presentación de la película Leyendas del Vuelo la Doctora Julia Moreira, Directora del Centro Cultural Alfa. El espacio inaugurado en octubre de 1978 y que ha recibido a cerca de 12 millones de visitantes, ofrece a través de este filme los retos de diseño que enfrentó la fabricación del innovador modelo Boeing 787. “La película está dirigida a todo público, pero especialmente a los niños, pues más allá del interés científico la historia juega un poco con la idea de que hay muchas especies que vuelan.” La directora mencionó que la cinta estaba programada para ser estrenada desde hacía varios meses, pero que el principal avión que aborda el filme, el 787, estaba aún en periodo de pruebas, y la película no podía ser exhibida en tanto la nave no realizara su primer vuelo comercial. La titular del Museo señaló que la película estará en exhibición hasta marzo del 2011 y esperan captar la atención de las familias. “El manejo del tema del vuelo y la aeronáutica nos parece que será muy interesante para las familias”, dijo. Por su parte Cristina De Ezkauriatza, Gerente de Relaciones Públicas e Imagen del Museo, detalló que en la cinta aparece Mike Carriker, piloto en jefe del programa 787 y un experimentado supervisor de vuelo más de un centenar de naves. “La cinta”, dijo, “nos narra todo lo que está tratando de instrumentar la tecnología a la más pura modernidad, tratando también mantenerse competitivos ante otras industrias aeronáuticas.” De Ezkauriatza detalló que solamente en la línea final de la planta Boeing en Everett, Washington, trabajan 30 mil personas con el fin de terminar cada avión en un mes. La cinta Con una duración de 45 minutos y proyectada en la espectacular pantalla Imax del museo, Leyendas del Vuelo es un documental que deleita tanto por sus efectos visuales como por sus recursos didácticos. La cinta se centra en el trabajo de Mike Carriker coordinando el diseño y construcción de la nueva aeronave, el Boeing 787 Dreamliner, un revolucionario modelo que comenzó a planearse en el 2002. La película muestra cómo la más reciente tecnología aeronáutica aplicada al Dreamliner ofrece innovaciones importantes como lo son alas inteligentes que interpretan el comportamiento del viento y reducen al mínimo las eventuales turbulencias. La fibra de carbono reditúa una mayor resistencia lo que permite utilizar ventanas más grandes que las habituales, usar mayor presión en cabina y permitir mayor humedad en el ambiente. Estos tres factores a final de cuentas hacen más confortable el vuelo y más eficiente el consumo de energía de la nave. Leyendas del vuelo hace algunas escalas breves pero espectaculares en la historia de la aviación comercial incluyendo el primer vuelo del enorme Airbus 380 en el Paris Air Show 2007. No sólo es una fantástica experiencia la que el espectador vive al ver secuencias jamás vistas en pantalla Imax, sino que también podrá conocer los enormes riesgos financieros que implica invertir en un nuevo y radical diseño. La película educa, inspira y emociona. Venga a conocer el nuevo Boeing 787 porque el vuelo está por despegar. ___ Este texto lo escribí para la revista en la que colaboro.

martes, 13 de julio de 2010

¿Quieres casarte conmigo?




Sólo habían pasado cuatro canciones cuando el músico Carlos Santana detuvo el concierto, se dirigió a su baterista y le dijo: “¿Quieres casarte conmigo?”.

Cindy Blackman no es una jovencita como la que suelen abordar los músicos y en general los artistas famosos, tampoco es una modelo cotizada que tanto les gusta a los políticos. Cindy es una chava alivianada originaria de Ohio, en Estados Unidos, que a sus 51 años es una artista en plena madurez. En una palabra, una artista con vida propia.

Aún no sabemos si acaso Cindy le dio el sí.

domingo, 11 de julio de 2010

Llama Felipe Garrido a defender el español 'mexicano'

El escritor Felipe Garrido afirma que la lengua es el reducto de la identidad nacional que necesita el apoyo de todos.

CIUDAD DE MÉXICO, México, jul 7, 2010.- Convencido de que la lengua es el reducto de la identidad nacional y todo lo que se refiera a ella necesita de todos los apoyos que hagan falta, el narrador, ensayista, cronista, editor y promotor de la literatura Felipe Garrido llamó a fortalecer el español mexicano y en ese sentido, a la industria editorial mexicana.

Felipe Garrido participó en el ciclo La Academia Mexicana de la Lengua ante los Centenarios de las Revoluciones, organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través de su Coordinación Nacional de Literatura, en colaboración con la Academia Mexicana de la Lengua.

En este ciclo, 14 académicos ofrecen un discurso alusivo al Bicentenario de la Independencia y/o el Centenario de la Revolución, a fin de mostrar un panorama multidisciplinario con temas como la literatura, la lingüística, el derecho, la ciencia y el periodismo, entre otros, desde los primeros años del México independiente hasta la actualidad.

Felipe Garrido, con su ponencia titulada Una independencia inconclusa, reflexionó sobre lengua y cultura, lo que inevitablemente le llevó a una consideración sobre la situación de la industria editorial en México, así como una reflexión de las relaciones entre las lenguas originarias del país y el español mexicano.

"No somos el país que soñó Morelos. No somos un país realmente independiente. No hemos logrado conciliar a la multitud de etnias que comparten nuestro territorio. No hemos dado la importancia que tienen a nuestras lenguas y a partir de ese dislate perviven problemas que deberían estar superados.

"Hemos entregado nuestros libros (incluso en la Ley del Libro), que es como entregar nuestra conciencia y nuestra identidad. La independencia está por llegar, si es que somos capaces de alcanzarla, si es que somos capaces de recuperar nuestras lenguas y nuestros libros -que hoy incluyen la Internet, la TV, la radio...", señaló Felipe Garrido.

Tras dar lectura a un fragmento de una carta que envió José María Morelos a Andrés Quintana Roo, Garrido consideró que el movimiento que inició Hidalgo y al que dio forma Morelos, soñaba en un país independiente y próspero donde los mexicanos pudieran ser felices.

"Ese proyecto fue abortado desde el momento mismo en que, el 28 de septiembre de 1821, fue firmada el Acta de Independencia del Imperio Mexicano por 38 miembros de la Junta de Gobierno y cinco de la Regencia del Imperio, que eran todos personalidades destacadas del gobierno virreinal. O'Donojú, el último virrey, firmó dos veces, porque pertenecía a los dos grupos", dijo.

A decir del narrador, hace falta que nos apropiemos de la cultura escrita. "Yo creo que sólo la lectura y la escritura como un bien general, nos pueden hacer capaces de crecer en lo económico, los social y lo político, porque si la cultura no es capaz de llevarnos al orden social que imaginó Morelos, si la cultura no sirve para sostener el entusiasmo por construir al país, entonces para ¿qué nos sirve la cultura?"

Felipe Garrido ha sido gerente de producción en el Fondo de Cultura Económica, director de Literatura en el Instituto Nacional de Bellas Artes y en la UNAM, director del programa Rincones de Lectura en la Secretaría de Educación Pública y de la Dirección General de Publicaciones en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Es autor de numerosos artículos, ensayos y prólogos, de más de 15 antologías y más de 50 libros de cuentos, ensayos y relatos para niños. Entre sus obras se encuentran: La Musa y el Garabato, La primera enseñanza, Cómo leer (mejor) en voz alta, El buen lector se hace, no nace, Tajín y los siete Truenos, Racataplán, Lección de piano --incluido en 2004 en la Lista de Honor de IBBY--; y Voces de la Tierra: la lección de Juan Rulfo, entre otros. Actualmente es responsable editorial de Jus y dirige la revista digital Justa (www.justa.com.mx). Es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua.

Una independencia inconclusa es la quinta conferencia del ciclo La Academia Mexicana de la Lengua ante los centenarios de las Revoluciones, que dio inicio el pasado 4 de mayo con Guía de forasteros, a cargo de Margo Glantz, en compañía de Enrique Flores y Mauricio Molina.

El 18 de mayo, tocó el turno al poeta y ensayista Vicente Quirarte con el tema La musa en armas: Independencia y Revolución; el martes 1 de junio, Adolfo Castañón presentó la conferencia Octavio Paz. Revuelta, rebelión, revolución, y el 15 de junio, Diego Valadés dictó la conferencia El concepto de República y el constitucionalismo.

El ciclo La Academia Mexicana de la Lengua ante los centenarios de las Revoluciones continuará el martes 20 de julio de 2010, a las 19:00 horas, con la presencia de Ernesto de la Peña, quien impartirá la conferencia La novela bandoleresca, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

INFORMACIÓN CORTESÍA DEL CONACULTA