lunes, 22 de agosto de 2011

La edad

Hace un par de años, cuando leí en el Café Nuevo Brasil mis textos, creí que me iban a tupir a preguntas. Leí varios poemas, unos de un legajo y otros del libro. Nadie preguntaba nada. Al terminar el cuentito de “Elizabeth”, ese que habla sobre una niña de "diez años casi doce", alguien, un tipo del fondo, hizo una pregunta rara, dijo, con una sonrisita entre curiosa y pícara, que qué había pasado luego con esa niña, que “desde cuándo no la veía”.

Obviamente él asumía que el protagonista de esa pequeña historia era yo mismo. No desmentí la acusación implícita, y contesté al vuelo que la última vez que la vi “fue en el año 83 y preferiría no encontrármela”. Dije algo así como que la gente cambia mucho y a veces es mejor quedarse con aquel hermoso recuerdo.

Lo que pasa es que he visto cosas terribles. He visto cómo los años hacen verdaderos seres irreconocibles de aquellas que en su momento nos hacían algo más que suspirar. Es triste ver cómo el tiempo deforma terriblemente el cuerpo y da más pena esa batalla que se va perdiendo, ojalá que con más dignidad.

Ya sé que en este punto algunas tendrán un lindo impulso reflejo de voltear las cosas hacía mí. Y tienen razón: Ahora tengo canas, tengo una panzota de 20 litros, unas arrugas me señalan el entrecejo y la frente y me falla un ojo; la diferencia es que a mí eso de la edad y la apariencia que le da al cuerpo coloquialmente me viene valiendo madre, y a la mayoría de las estimadas compañeras, desgraciadamente no. Lo siento. La belleza no es eterna.

Pero volviendo al tema, si no fuera por el cariño y porque uno en realidad estima, vería con mucha más pena cómo se va perdiendo esa guerra en contra de las supremas leyes del tiempo y la gravedad.

Rescato dos estilos. Aquel tipo de chava que parece no importarle demasiado la agonía estética de su anatomía y curiosamente sus intereses dan señales de vida del cuero cabelludo para dentro, y no para afuera, y aquel tipo de chava que, además de lúcida, es muy hermosa actualmente y que uno llegó a su vida no hace mucho, y por lo tanto no hay la secuencia de filminas en donde uno puede comparar nada. Todo es presente continuado y, con total seguridad, en una versión mejorada. Y yo tengo la fortuna.

A mis compañeros de mesa, los reto a que vuelvan a ver cómo es ahora a aquella chica que hace cinco o diez años pretendieron y luego me cuentan cómo les fue. Se vienen a llorar mientras les pido otra. No, si les digo que estamos pisteando muy a gusto.

5 comentarios:

  1. Deja tu!, igual en lo físico pues sí hay quizá diferencias colosales, o quizá no las hay, Hay quienes como el vino, mejoran con la edad, hay quienes de plano pues nel.

    Lo que a mí más me preocuparía con el paso del tiempo es las huella que deja la vida y que repercuten en el alma, la gente cambia, el espíritu cambia, la esencia de uno cambia, hay veces que para bien, hay veces que para mal, hay quienes olvidaron quienes son en realidad, y eso para mí tiene más peso.

    La tristeza, el resentimiento, el orgullo, la amargura, la depresión, el poco amor a la vida y a uno mismo, la insatisfacción personal son unos factores que van secando el espíritu, y eso sin duda se refleja en el cuerpo.

    Considero que el cambio, debería ser bueno. Está cabrón quedarse en el mismo trip, en los mismos ciclos, en el pasado. Asimismo creo que siempre deberíamos buscar ser una mejor versión de nosotros mismos cada día.

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  2. Tienes razón, lo aparente, lo visible es una cosa.
    Me pregunto cuántos ciclos he dejado atrás para no volver.
    La apariencia. La apariencia. Alguien dijo que la mujer es problema de los hombres, no de las mujeres, jejeje.
    Hace tiempo platicaba con un amigo acerca de que ya no buscamos las mismas cosas que hace unos años. De qué sirve la cara envoltura si al paso de los años las cosas cambian y siguen siendo las mismas, pero quizá más pobres.
    Conozco a una mujer, 68 años quizá, el rostro marcadísmo por la edad, el cabello marchito y rebelde, una mujer marcada por una vida dura e intensa. Las veces que he platicado con ella me he quedado con ganas de más, de platicar y de escuchar más.
    Es alguien que admiro, respeto y me recuerda de algún modo a Susan Sontag. La misma Sontag escribió que los escritores son personas que tienen interés en todo. La mujer de la que hablo es así, tiene interés en casi todo. Ha escrito muchos libros, tanto de teatro, ensayo, novela, muchos artículos. Tenemos algunos temas en común, me atrevo a decir que el hecho de que sea mujer u hombre es bastante secundario. Pero me gusta su sensiblidad así.
    Tienes razón, lo importante son las huellas del alma y como va creciendo o no.
    Gracias.

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  3. Hola Licenciado (y Carmen!)

    Tu post es como la cereza del pastel de mis reflexiones de los últimos días. Sucede que cumplí un año más de casada y empecé a sentir que la edad me pesaba, entonces añoré mis épocas de la universidad, sin presiones, sin kilos de más, sin jijas ni oficina y me puse triste hasta que encontré unas fotos de cuando tenía 20 años y la verdad no me gustaron (mujer-al-fin-mujer) Como que a pesar de que peso algunos (¡10!) kilos más, me siento mejor ¿será que la edad nos pone un mejor traje? o ¿es que se agudiza nuestra capacidad de autodefensa? Creo que a fin de cuentas -y ojalá que mi apreciación sea universal- los años nos hacen sentirnos más cómodos con la persona que somos ¿o será que a fuerza de tanta autoconvivencia acabamos por querernos de la forma (interna y externa) que seamos? Ustedes que opinan?

    Bendiciones!
    M.-

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  4. Yo creo que la edad nos pone el traje de la sabiduria y la experiencia.. Bueno, no a todos, jaja quiero pensar que si.

    Yo la neta, me siento mejor ahora. Con bastante kilos de mas, con más canas pero más contenta con la vida :D

    Y como decimos en mty, o nos aclimatamos o nos aclichingamos... jeje

    Saludos!

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  5. definitivamente los viejos amigos son nuestro mejor espejo, como dices tienen la comparación de años atrás con nuestra "nueva" vieja imagen, tengo 27 años y 8 meses, 2 canas, 4 arrubas 2 bajo cada ojo, 5 kilos demás, quisiera ser mas esbelta, pero si esos kilos me regresaran al estado inmaduro e ingenuo de mis 20, mil veces 10 kilos demás por mi experiencia!

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