domingo, 4 de octubre de 2009

La música

La música, especialmente la música, vamos, la música con contenido y sentido, se nutre de la tradición. El resto es plástico reciclado. Y no estoy en contra de que a muchos nos guste algo de plástico reciclado de vez en cuando.

Café Tacuba. Su tradición mexicana para mantenerse dentro del gusto y ofrecer una propuesta de calidad. ¿Cómo unos músicos actuales pueden beber textos de José Emilio Pacheco (¿los jóvenes, especialmente los del norte, saben quién es José Emilio Pacheco?) y encima componer una canción.

Hace años el Gran silencio hizo algo interesante al mezclar la tradición regional, nuestra música y costumbres en un disco. Lo disfruté mucho.

Creo que en buena parte del resto de latinoamérica no se deprecia las tradiciones propias, sino que se las apropian.

En el rock argentino, por ejemplo, hay muestras de que se aprecia mucho el canto de los maestros. Spinetta, Fito, muchos reconocen el trabajo de Mercedes Sosa, la Negra Sosa. Todos ellos saben que vivió en el exilio durante la dictadura y saben de qué va su música. Pues la Negra se acaba de morir anoche u hoy temprano, y pienso en los cuates que la han de estar llorando. Esa rola de Todo cambia estuvo prohibida por la dictadura chilena, dizque era subversiva...

Ya, bueno pues. La musica tradicional no tiene que hablar necesariamente de cuestiones políticas, con que hable de lo que pasa y lo diga de modo que conmueva, está muy bien. Me gusta Las batallas, de Café Tacuba, ¿pero saben por qué me gusta? porque habla de una mujer que quise mucho y que se llama Mariana, ahora debe estar muy viejita.

¿De qué hablan nuestros jóvenes? ¿qué se cuestionan? No sé; escuchan música, eso sí, mucha música. Mucha en inglés. No estoy en contra de esta música, pero si pudiera entender dos frases juntas de alguna de Michael Jackson, por ejemplo, y encontrar letra chida, pues bueno. Lo diría.

Hace poco escuchaba y veía unos videos de Nortec, gente que actualiza un ritmo, pero desde aquí, bueno, en ese caso desde allá, desde Tijuana, que aunque Monterrey está más cerca de Oaxaca que de Tijuana, sigue habiendo algo en común, nuestro norte y nuestra frontera. Nortec lo hace desde aquí y algo de ellos se siente propio.

Ese sentir lo que nos gusta pero desde nosotros, parados en lo propio, pero antes, ver qué es lo propio.

Por cierto, Celso Piña estará el próximo fin de semana en la esquina de Latinoamérica. Tres tocadas en las que no estaré. A Mujica, el representante de Celso, se le ve contento, optimista, le digo: "¿y sabrán baliar esta música?". Celso tiene que ver con mi infancia, aunque no lo notara. La verdad creo que no importa mucho, creo que Celso tiene mucho de esta tradición del norte. Y punto.

Mesero: la cuenta por favor.

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